La mejor poción para conservar el agua de nuestra piscina es cubrirla con una lona que evite la creación de algas y que la piscina se llene de suciedad. Esto permitirá que podamos utilizar el agua de la piscina de un año a otro.
¿Qué tipos de lonas hay?
Las más utilizadas son dos: PVC y las lonas de burbujas.
PVC: Puede ser de color azul o negro opaca. Se utiliza cuando la piscina no está siendo utilizada, es decir, en la época donde bajan las temperaturas. Para usarla, tenemos que asegurarnos que tenga buena calidad y que su sistema de sujeción sea consistente, puesto que se va a utilizar durante los meses más agresivos meteorológicamente hablando. Su inconveniente es que es muy pesado lo que hace que manipularlo sea más complicado. Sin embargo, solo lo tenemos que mover dos veces al año, por tanto, no supone un gran problema.
Muchas de estas lonas incorporan un desagüe para evitar la acumulación de lluvia encima de ella. Deberá estar equipada por un filtro que evite la suciedad.
LONA DE BURBUJAS DE PVC: Este tipo de lonas son las que se utilizan mientras estamos haciendo uso de la piscina, es decir, en verano. Lo que hacemos es que la piscina se mantenga unos grados por encima gracias al efecto invernadero que crea el plástico. Una de sus grandes ventajas es su sencillo uso a la hora de ponerla y quitarla.
La vida útil de una lona, si hacemos un buen cuidado de la misma, puede ser de 10 años, aproximadamente.
¿Cómo las sujetamos? Son fáciles de colocar, puesto que lo único que tenemos que hacer es enganchar gomas elásticas a los bordes de la lona con los tornillos de anclaje que irán colocado alrededor de la piscina. El uso de este tipo de lonas es bastante beneficioso para nuestras piscinas. No deberíamos de escatimar en gastos con nuestras lonas puesto que es una garantía, no algo de usar y tirar, sino que asegura nuestra piscina y su entorno.