Ya sabemos que el poliéster tiene una infinidad de usos, y uno de ellos, es la protección del agua. Esto sucede gracias a que los depósitos que se pueden crear con este material son solidos, ligeros, resistentes a impactos, a oxidaciones y condiciones climáticas diversas. Además, tienen la ventaja de que no permiten la entrada de luz, lo que hace que no haya bacterias.
Pero realmente, ¿sabemos cuales son los beneficios que nos generan este tipo de depósitos que protegen nuestras aguas?
Está claro que la contaminación es una asignatura pendiente que tenemos todos, y que, además, se va agravando. Lo que queremos es eliminar la posibilidad de que exista un desabastecimiento de agua.
En primer lugar, el cuidado que debes darle a este tipo de depósitos dependerá de si está instalado en el interior o en el exterior. Además, hay que prestar especial atención al mantenimiento y revisión del depósito, en al menos, dos ocasiones al año.
Otra de las grandes ventajas que tienen los depósitos de poliéster para el agua, es que la posibilidad de fuga es muy baja, gracias a ser ligero. No obstante, si la hubiese, es mucho mas fácil de reparar y rentable que los tanques hechos de chapa u hormigón. Además, son ideales para el agua potable puesto que no generan ningún olor ni sabor al contenido. Esto permite, que los depósitos de poliéster también se puedan usar para almacenar productos alimenticios.
Las características que suelen tener todos los depósitos de poliéster son:
- No deber ser sometido a unas temperaturas altas de forma directa, y tampoco ser escalado cuando tiene agua dentro.
- Puedes utilizar cualquier color.
- Es resistente hasta 65 grados centígrados.
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